lunes, 24 de mayo de 2010

1910

Todo un hito el Centenario. La fisonomía nacional era muy distinta a la de 1810. Contradicciones... un "granero del mundo" con pocos dueños de los granos; una legislación social despiadada y una exclusión política sin límites y, sin embargo, posibilidades de progreso superiores a las de la actualidad.
El Centenario representa para mí todo eso: sí y no, sueños, mentiras, avances y estancamientos.

domingo, 23 de mayo de 2010

1810

¿Qué puedo decir de aquella fecha? Están quienes, a mi juicio, la subvaloran y los que la supravaloran. Por un lado, se le critica no haber sido la fecha de la independencia, no haber estado representadas las provincias y estar vinculada a rencillas facciosas; por el otro, se la considera el inicio de la historia del país.

Quisiera alejarme de ambas posturas. Es cierto que no tuvieron muchos de sus adalides, al menos en aquel momento, el propósito de obtener la independencia, pero no se puede negar que dio origen al primer gobierno formado casi íntegramente por criollos, hito no menor pensando que, hasta ese momento, los grandes cargos, excluyendo diversos puestos de la burocracia colonial, habían sido ocupados por autoridades ajenas al Río de la Plata. No pueden negarse el porteñismo de la efeméride ni tampoco los métodos poco transparentes de algunos líderes, pero si se mide con esa vara... ¿Qué fecha inmaculada escoger, con la corrupción y la falta de prolijidad de los argentinos?

Se escucha en estos días repetir constantemente "los 200 años de Argentina". Me resulta bastante injusto ignorar los 10.000 años anteriores de presencia humana en esta tierra. ¿Acaso no forman parte un capítulo fundamental los tiempos precolombinos? ¿Y el período indiano y colonial? ¿Acaso no nos marcaron, para mal y para bien, todos esos años?

¿Qué me dice 1810? Continuidad y ruptura, el comienzo de un cambio y de un camino hacia la independencia que, incluso desde lo más formal y jurídico, no va a concluir hasta que la bandera celeste y blanca flamee sobre las Malvinas y las demás islas del Atlántico Sur.

viernes, 7 de mayo de 2010

Día Nacional de la Minería

Hace 197 años la famosa Asamblea del año XIII signaba la Ley de Fomento Minero. A lo largo de casi dos siglos la actividad dio trabajo a millones de argentinos e inmigrantes, significó la creación de pueblos enteros y se consubstanció con la identidad de muchas provincias y localidades argentinas.
Es menester recuperar el legado minero si queremos progresar como Nación. No hablo de impulsar proyectos contaminantes que comprometan el medio ambiente, las actividades agrícolas y, sobre todo, la salud y la integridad de cientos de miles de argentinos. Los apologetas de estos planes se encuentran en las antípodas del minero genuino. Me refiero al espíritu minero: búsqueda, sacrificio, perseverancia, aventura, curiosidad, osadía, aprendizaje, solidaridad.
Necesitamos más mineros en la Provincia de Buenos Aires, donde dolorosamente 500.000 jóvenes ni estudian ni trabajan. Necesitamos más mineros en las reparticiones públicas, donde salvo excepciones abundan los salarios ridículos a la vez que faltan incentivos a la superación personal. Necesitamos más mineros en el sector privado, donde muchos prefieren la especulación a la constancia. Necesitamos más mineros en los tres poderes, habiendo tantos que prefieren robar el oro antes que compartirlo.
No puedo dejar de recordar a mi abuelo cuarto, Federico Benelishe, quien con una pobre educación formal logró ser, tras lecturas, fatiga, generosidad, publicaciones y, sobre todo, largos meses en medio de la Cordillera de los Andes, uno de los pioneros de la minería en nuestro país. Y hoy yo, como su humilde descendiente, no encuentro mejor manera de honrarlo que trabajando por construir una Argentina justa, libre, fraterna... una Argentina minera.